Marcelo Loyarte, gerente general de CAFI (Cámara Argentina de Frutihorticultores Integrados), explicó la influencia de la logística en la producción y exportación de manzanas y peras desde las provincias de Río Negro y Neuquén, que representan la mitad de las exportaciones de fruta frescas del país y posicionan a la Argentina como primera exportadora mundial de peras y la quinta en manzanas. Sintéticamente, Loyarte explicó que se trata de alimentos perecederos que se exportan a países lejanos a los que ha que llegar en tiempo y forma, requiriéndose los mínimos tiempos y agilidad, ya que desde la cosecha hasta que el producto está en manos del consumidor el tiempo debe ser mínimo (entre 30 y 40 días), es necesaria versatilidad, posibilidades de reenvío y trazabilidad. Fundamentándose en la creciente containerización de setos productos, avaló el proyecto del Puerto de Bahía Blanca, destacando nacimiento de una flota de transporte automotor con las más actuales características, la implementación de una cadena de frío que asegurará las temperaturas óptimas desde el punto de producción hasta el de consumo y la transformación de un antiguo puerto de aguas profundas del Atlántico Sur en una terminal de servicios portuarios.
Pablo Pussetto, gerente comercial de Profértil S.A., empresa dedicada a la producción y comercialización de fertilizantes, realizó un minucioso y crítico detalle de los problemas logísticos argentinos. Comenzó por el área de navegación, donde explicó que el marco regulatorio establece que el tráfico de cabotaje debe ser realizado por barcos de bandera Argentina con tripulación Argentina, pero sólo existe un barco apto para el tráfico de cabotaje con productos a granel, por lo que operan con contratos de fletamento con buques de otras banderas bajo el régimen de excepción a la ley de cabotaje, con el riesgo de no aprobación del régimen de excepción al cabotaje, sumado a que los barcos sin tripulación Argentina pueden operar un máximo de 30 días y los barcos con tripulación Argentina pueden operar un máximo de 120 días, todo lo cual para un operador del largo plazo como Profértil es complejo de administrar por la incertidumbre en un aspecto crítico tal como el transporte marítimo de cabotaje. En el caso del ferrocarril, lo utilizan para mover mercadería desde Bahía Blanca a San Nicolás, San Lorenzo, Rosario, Necochea y otras localidades del interior de país. El módulo estándar es de 1.500 tn por convoy con 30 vagones de 50 tn cada uno. Los principales problemas actuales del transporte ferroviario son: la limitada disponibilidad de vagones para productos a granel; la competencia con el transporte de granos junto con el incremento de la producción agrícola; la falta de inversión; la limitada disponibilidad de locomotoras; las demoras operativas; en muchos tráficos el estado de las vías es malo, lo cual trae problemas de descarrilamiento, limitaciones en la velocidad, incertidumbre en plazos de entrega; se suma el problema de anegamiento en épocas de lluvia.